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lunedì 18 luglio 2022

Algunos datos sobre China y la cuestión de la seguridad alimentaria (la suya y la nuestra)


Varias veces tuve que recordar que China, independientemente de quién la gobierne, tiene un problema estructural relacionado con la desproporción entre la tierra cultivable y la población. Datos recientes indican una disponibilidad de unos 800 metros cuadrados (0,084 ha) por habitante.

A esto se añade el problema de la contaminación del suelo (8 millones de acres de tierra contaminada) y el del agua: casi el 16% de las aguas subterráneas están clasificadas en la categoría 5, es decir, tan contaminadas que no son útiles. Por último, pero no menos importante, está el problema de la desertificación, que, como recuerda el Banco Mundial, es muy grave, con más de una cuarta parte de su territorio cubierto por el desierto (https://www.worldbank.org/en/news/feature/2019/07/04/china-fighting-desertification-and-boosting-incomes-in-ningxia).

Mientras tanto, la población urbana ha aumentado, con el incremento de los niveles de renta y los consiguientes cambios en la dieta. El ejemplo más llamativo es el consumo de carne, que ha pasado de 7 millones de toneladas en 1975 a 86,5 millones en 2018, lo que convierte a China, a nivel global, en el mayor consumidor de carne del mundo. Cuando se informa a nivel de consumo per cápita, China se situó en 49 kg en 2018, algo más de la mitad de lo que consume el estadounidense medio (99 kg) y el australiano medio (93 kg). Dado el deseo de alcanzar los estándares occidentales, cabe esperar que la tensión en los mercados de la carne y de los alimentos para animales aumente en un futuro próximo.

Una encuesta realizada en 2016, indicó que para el 40% de los consumidores, la seguridad alimentaria era un "gran problema".

Para alimentar a los animales criados en el país, China también ha tenido que aumentar la importación de soja. Los datos disponibles indican que, entre 2000 y 2018, las importaciones aumentaron de 2.300 millones de dólares a 38.100 millones. El sitio web chinapower (ver más abajo) informa: el apetito de China por la soja supera la capacidad de producción de Brasil y de la mayor parte del mundo juntos, lo que deja a Estados Unidos para llenar el vacío.

Por ello, no es de extrañar que la balanza comercial alimentaria sea negativa desde hace varios años: los datos disponibles para 2017 muestran una importación de 104.580 millones de dólares frente a una exportación de algo más de la mitad, 59.620 millones. Desde 2008, la balanza está en números rojos, y el déficit crece cada año.

Fuente: 

https://chinapower.csis.org/china-food-security/

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