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giovedì 2 ottobre 2025

Articulo LaVoce.info en espanhol

Un IPAD para comprender la distribución del trabajo en el ámbito doméstico

Por Laura Alfonsi-Castelli, Marco D’Errico, Charlotte Groppo y Paolo Groppo

El Índice de Paridad Doméstica (IPAD) destaca las desigualdades en la distribución del trabajo doméstico y de cuidados en parejas y familias. Elaborado con un método inclusivo, es una herramienta de apoyo activo para lograr un mayor equilibrio.

Desigualdad en el hogar

La lucha por la igualdad de género, entendida como la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades para mujeres, hombres, niñas y niños, requiere explorar la cuestión del trabajo social reproductivo, un tema tan complejo que desaparece de la visibilidad política y analítica. Hablamos de trabajo elemental, trabajo reproductivo y trabajo de cuidados: actividades que no pueden reducirse completamente al mercado (salario) y que se superponen con patrones de uso del tiempo que pasan de lineales a procesuales, donde múltiples cosas entran simultáneamente sin jerarquías. En este tiempo complejo y paralelo, innumerables tareas son necesarias para el funcionamiento de una pareja, arraigadas en sus relaciones familiares y sociales. Proponemos analizar quién hace qué, total o parcialmente, a partir de una lista detallada construida y validada con la institución con la que trabajaremos. Para ello, hemos desarrollado un Índice de Paridad Doméstica (IPAD), una herramienta de monitoreo e incidencia que, al destacar la asimetría de poder, apoya un proceso de concientización y reequilibrio que se extiende desde el individuo (pareja/familia) hasta el espacio político colectivo.

Por lo tanto, el IPAD está diseñado para un público específico: asociaciones, movimientos y/o partidos que mantienen posiciones políticas a favor de la igualdad de género. De esta manera, demostrará la coherencia entre el discurso, las palabras y las acciones concretas. Los elementos estructurales de la propuesta son: a) las formas de uso y distribución del tiempo; b) la necesidad de involucrar también a los hombres; c) el enfoque negociador; d) la consideración de la asimetría histórica de poder a favor de los hombres.

Cómo se construye el índice

El índice IPAD se construye mediante un método inclusivo basado en el marco conceptual del INSEE (Instituto francés de estadística), involucrando a las partes interesadas en la identificación y ponderación de las diversas tareas domésticas. Esto permite que el índice refleje diversas experiencias y necesidades, adaptándose a diferentes contextos culturales, geográficos y económicos. Se consideran tres parámetros: específico, intermedio y amplio; cada uno se desglosa en diversas dimensiones iniciales y actividades específicas (traducidas en preguntas del cuestionario). La lista final, negociada a nivel de grupo, asignará valores de -1 a +1 según la contribución de ambos miembros de la pareja a cada actividad. La muestra utilizada será estadísticamente representativa del grupo al que pertenecen las personas entrevistadas. Los cuestionarios, administrados a ambos miembros de la pareja, serán anónimos y solo informarán sobre el género, el grupo de edad, el nivel educativo, el número de hijos y los ingresos mensuales netos de la pareja.

Por lo tanto, el IPAD tendrá tres posibles extremos: 0 (si las parejas del grupo de estudio están perfectamente equilibradas); -1 (todas las actividades las realiza un solo socio); y +1 (todas las actividades las realiza solo el otro socio). Las actividades a examinar variarán según las particularidades de la institución socia. Esto puede parecer obvio, pero la naturaleza co-constructiva del IPAD cobra todo su significado en este proceso de diálogo y negociación.

El IPAD se medirá varias veces para observar cómo evoluciona el equilibrio a lo largo del tiempo. Por lo tanto, los valores iniciales en T0 adquieren todo su significado en el análisis temporal (cómo evolucionó el valor en T1 y T2 gracias a las acciones (políticas) específicas implementadas por las instituciones de los socios), más que en el análisis espacial (comparabilidad dentro del mismo año entre instituciones), que, si bien es útil, no representa la esencia del problema que pretendemos abordar.

La primera prueba está en marcha con la sección sarda del partido de la Rifondazione Comunista. Los resultados iniciales confirman el papel principal de las mujeres en las actividades domésticas básicas (trabajo escolar primario y cuidado de niños y ancianos), mientras que se reconoce un mayor papel de los hombres en las actividades secundarias. Si bien seguiremos monitoreando los procesos próximamente, estamos comenzando a preparar actividades de sensibilización y capacitación que implementaremos junto con nuestro socio.

Creemos firmemente que un cambio en el ámbito doméstico es fundamental para construir un futuro diferente y mejor. En una sociedad que ha otorgado un papel clave a los indicadores, creemos que apoyar la incidencia ciudadana, con hombres y mujeres, para un verdadero reparto del tiempo en el ámbito doméstico, de modo que los hombres también asuman su parte de responsabilidad y liberen tiempo a las mujeres, es una propuesta interesante que merece la pena debatir.


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