Visualizzazioni totali

lunedì 6 dicembre 2010

Conferencia de Valencia en varios pedazos

Siendo un texto largo, y habiendo decidido publicar la versión extensa del texto, lo haré por partes. Aqui viene la primera parte.

UTOPÍA para un mundo sin hambre: mirada desde el ángulo de los recursos naturales
parte 1

Introducción
Quería antes que todo agradecer los amigos de Le Monde Diplo para la oportunidad de volver a España a tocar temas tan sensibles y complicados, a partir de una visión utópica, tal como la definió Eduardo Galeano: Ella está en el horizonte [...]-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar .
Vengo para hablarle de un sueño, de algo que podía ser distinto y que, si logramos juntar fuerzas, un día podría cambiar de rumbo. Le hablaré de las raíces de la crisis del campesinado actual, del hambre creciente y de lo que se podría hacer para que nuestra lucha mejore de calidad.

Trataré de ser bastante concreto, sin entrar en demasiado detalles, para concluir lanzando lo que yo y los colegas que conmigo han contribuido a forjar estas ideas, llamaremos una Llamada en contra del Lobby del Hambre.

Mi presentación se dividirá en tres partes:

1. Desde el sueño de la Autoridad Alimentaria Mundial hacia la historia como la conocemos: (casi) 1000 millones de hambrientos
2. « Plaidoyer » para volver a soñar
3. Conclusiones: a quien le toca

1. Desde el sueño de una Autoridad Alimentaria Mundial …

La primera conferencia de las Naciones Unidas fue reunida, en 1943, en Virginia (Estados Unidos) bajo el tema: "La alimentación y la agricultura". Como comentario sintético sobre las conclusiones, el historiador Marc Bloch, escribía, hacia el fin de ese año: "Una política mundial de la alimentación exige una cierta dosis de dirigismo económico. Este se opone a una libertad total de los intercambios internacionales". Keynes probablemente habría estado de acuerdo con esta afirmación .

Estas ideas se tradujeron con la proposición de un famoso nutricionista de la época, futuro primer Director General de FAO, Sir Borr Oyd; su “sueño” era de crear una Autoridad Alimentaria Mundial que preveía: (i) la estabilización de los precios agrícolas en los mercados mundiales por medio de fondos adecuados; (ii) la gestión de una reserva internacional para hacer frente a las crisis de subproducción de cereales; (iii) la financiación de la disponibilidad de excedentes agrícolas para destinarlos, a condiciones de favor, a los países desfavorecidos; (iv) la cooperación con organismos encargados de los créditos al desarrollo agrícola.

Borr Oyd, prudentemente, había calificado su plan de non revolucionario; sin embargo es evidente que su aprobación habría constituido algo verdaderamente explosivo. Todo estaba previsto para gobernar la economía agrícola mundial, lo que era exactamente lo contrario de los intereses de los padrinos de la FAO en aquellos momentos. Así que no fue casual que los que primeros se opusieron fueron Estados Unidos y Inglaterra .

Otro aspecto novedoso en los debates constitutivos de la FAO fue el relativo a su posible gobernancia. Algunos proponían la participación de representantes de los productores y de los consumidores (lo que hoy en día llamaríamos de sociedad civil). Algo muy interesante hoy en día, a la luz del debate entorno a la cuestión de la gobernancia. Desafortunadamente, la propuesta fue rechazada.

Finalmente, uno de los pocos elementos que fue aceptado al comienzo, o sea el carácter non interestatal del Consejo (compuesto por 9 a 15 personalidades independientes), tampoco duró mucho y en 1947 los miembros independientes fueron sustituidos por delegados estatales, dejando solo la figura del Presidente como independiente, en recuerdo de la composición originaria.

Fue así que murió la idea de crear la Autoridad Alimentaria Mundial, una institución con una visión de organizar a partir de bases non liberales el comercio internacional de los precios de los productos agrícolas para poder atacar a la base el problema de la malnutrición y del hambre en el mundo.

Tanto es que, al finalizar su mandato como primer Director General, en 1947, Borr Oyd declinó la oferta para quedarse a la cabeza de una organización que, desde su comienzo, estaba mostrando un camino muy controlado por (ciertos) países miembros.

Esos años serán recordados también por la aparición de un libro destinado a marcar la historia: La geografía del hambre (1946) del brasileño Josué de Castro. De Castro, segundo Presidente Independiente del Consejo de FAO, fue una de las primeras personas en considerar la necesidad de ver al hambre como un problema político, social y ético, y no sólo como un fenómeno natural. Toda su vida luchó para transformar estos conocimientos en políticas y programas que atacasen estructuralmente estos problemas. Las resistencias fueron muchas, y por eso que, durante su discurso de despedida como Presidente Independiente, de Castro dijo que se sentía decepcionado con lo que había logrado durante sus años como Presidente. Dijo que no había sido lo suficientemente atrevido y se lamentó de que los países desarrollados no hayan ayudado a crear una política pública de seguridad alimentaria realista, que respondiera a las necesidades de los hambrientos a nivel global.

Resumiendo: FAO podría haber sido una organización distinta, con poderes más fuertes para atacar estos temas; hubo gente que luchó durante años, enseñándonos un camino de reflexión y acción. Sin embargo las resistencias que tuvieron que enfrentar fueron más fuertes y el perímetro de la organización que salió de allí fue la que conocemos hoy en día. Muchos critican la organización, sin embargo sería más correcto recordar que la inaptitud de FAO para resolver los problemas de fondo – cosa que le ha sido reprochada durante toda su historia, ha sido una decisión libre de los Estados que han contribuido a su creación desde la Conferencia de Hot Springs, y no una elección propia de la Organización .

Si miramos a la magnitud del problema hambre, al terminar la segunda guerra mundial, la primera encuesta realizada por la FAO estimaba que “…between half and two-thirds of the world population were undernourished before the war (and that) things were worse after the war.” Al mirar la situación como la conocemos hoy en día, (casi) mil millones de personas continúan pasando hambre (925 millones según las más recientes estimaciones).

Nuestro Director General en variadas ocasiones ha lanzados alarmados mensajes entorno de una situación que se está deteriorando, en lugar de mejorarse, a pesar de los compromisos asumidos por parte de los países miembros desde la Conferencia de 1996: "[…] con un niño que muere cada seis segundos debido a problemas relacionados con la desnutrición, el hambre sigue siendo la mayor tragedia y el mayor escándalo del mundo", aseguró el Director General de la FAO, Jacques Diouf .

Estos objetivos fueron revisados cinco años más tardes, sin embargo en paralelo con una reducción de los recursos públicos, hemos venido constatando una deterioración de las condiciones nutricionales así como un aumento de las poblaciones amenazadas por ese problema.

El paradigma básico de la lucha en contra del hambre fue, durante muchas décadas, y seguramente hasta los años 90, que la seguridad alimentaria era igual que la autosubsistencia (food security equals food self-sufficiency) . Es en este contexto que el énfasis ha sido puesto durante muchos años en la cuestión de producir más y más.

Lo que tenemos al frente, los grandes desafíos que todavía marcan la agenda mundial, pueden ser resumidos en:

- el aumento de la demanda de materias primas de origen agrícola, en un contexto de recursos naturales que se hacen más raros;
- la cuestión del acceso a los alimentos por parte de una población pobre creciente, en particular por aquellos sectores ex campesinos que se van urbanizando debido al mecanismo de empobrecimiento interno al modelo económico actual;
- el ambiente – la erosión y degradación de los suelos, aceleradas por las prácticas de monocultivos; el cambio climático al cual contribuye la deforestación y las prácticas agro-industriales, y el bombeo de los acuíferos a un ritmo irresponsable .

Lo que nos parece claro es que, frente a esos desafíos, las principales agencias especializadas de las naciones unidas (FAO, el Programa Mundial de Alimentos-PMA, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola-FIDA y el Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional-GCIAI) funcionan cada uno con referentes distintos, con sus prioridades y con medios cada vez más limitados. De allí viene todo un debate, desde algunos años, sobre que cambios podrían ser necesarios para poder enfrentar de manera más decidida esos problemas.

Nuestra opinión, y es lo que vamos a presentar hoy, es que tenemos una oportunidad muy buena para abrir una discusión seria para poder repensar, profundamente, la forma misma como estas agencia enfrentan este desafío. Por eso nos pareció necesario, a titulo de ejemplo, partir de un recordatorio histórico de lo que podía ser nuestra organización, de lo que, en cierta época se planteó, para ver si podemos repartir de bases más sólidas.

Terminaremos proponiendo unos puntos para volver a soñar. Pretendemos, con este texto, hablarle a un público que no se limita a los de las agencias NNUU, y a los gobiernos de sus países miembros, más bien pretende ir tocando a un conjunto de actores, de simpatizantes, como los que están aquí esta noche, para que quede claro que hay trabajo para todos. Soñar es fundamental, pensar en una utopía es clave, sin embargo mis raíces alemanas me obligan a meterle raíces fuertes a esa utopía.

Nessun commento:

Posta un commento