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lunedì 6 dicembre 2010

Conferencia de Valencia quarta parte

4. Conclusiones: una llamada en contra de la lobby del hambre

Como lo decía J. de Castro: “Existe una necesidad urgente de proceder a una conversión del hombre, esto es, por una parte, a cambiar la mentalidad de poder y de dominio de algunos y, por otra, a crear una mentalidad henchida del gusto y del deseo del progreso, así como de la voluntad de acceder a los beneficios del verdadero desarrollo. En esta nueva óptica del desarrollo, son la enseñanza, la educación y la formación humana la que deben constituir la inversión previa, que será probablemente la más rentable” .

Es necesario volver a poner hombres y mujeres al centro del debate y de la acción. Al mismo tiempo, urge reafirmar la confianza que debemos conservar en la grandeza de la especie humana y su capacidad de enfrentar los nuevos desafíos y cambiamientos. Creer en nosotros para tener la fuerza de enfrentar estos desafíos. Este es el primer paso.

La necesaria movilización de los actores sociales: es cierto que, si miramos hacia atrás, en los últimos 20 años hemos tenido un aumento considerable del nombre de organizaciones que han entrado en la arena mundial para defender campesinos/as, pastores, comunidades indígenas, productores forestales, pescadores artesanales etc. Se han realizados esfuerzos hacia una mejor coordinación y hay diálogos abiertos sobre como reforzar sus capacidades (tanto organizativas, como operacionales).

Pensar que esto sea suficiente, es probablemente una mentira. El nivel de complejidad de los problemas, junto con el número de actores presentes y los esfuerzos que son colocados por el lado de los defensores del modelo actual, llama a un esfuerzo mucho más fuerte en cuanto se refiera a juntar fuerzas. Es imprescindible que las distintas redes de organizaciones hagan un esfuerzo adicional de modestia y de aceptar las diversidades de opciones que cada uno representa en función de su propia visión y grupos que está defendiendo, de manera a lograr una plataforma de acción mínima que permita tener una capacidad de negociación mucho más fuerte que la actual.

Seguir privilegiando visiones parciales e intereses locales, aún cuando legítimos, solo permitirá de mantener una presencia simbólica que, mismo cuando pueda atraer la atención de la opinión pública por un momento, no será suficiente para mantener la presión necesaria para enfrentar luchas que serán de larga duración.

Dentro de nuestras organizaciones también tenemos que trabajar. Divide et Impera parece ser la palabra de orden: demasiadas instituciones, que operan por su cuenta, rindiéndole cuentas a distintos ministerios. Cuanto más parecería evidente la necesidad de integración, de tener un único foro intergubernamental dentro del sistema de Naciones Unidas el que tenga poder normativo y de toma de decisiones sobre el sistema alimentario mundial, cuanto meno se avanza en esta dirección. El último ejemplo nos viene de la desconexión entre los foros internacionales de formulación de políticas alimentarias (el Grupo de Trabajo de Alto Nivel de Naciones Unidas y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial-CSA) y la reciente asignación de responsabilidades al Banco Mundial para que establezca en el contexto de la actual crisis alimentaria un fondo multilateral de lucha contra el hambre que estaría dotado de 20.000 millones de dólares. Estas divisiones no son casuales; cuanto más dividido el frente de los que deberían luchar, cuanto más fácil mantener el control bajo los organismos financieros, que son los que dictan el rumbo.

Por eso que para luchar contra todo eso, debemos todos pasar a ser partes activas en lo que sea posible de nuestra vida personal y profesional. Estas organizaciones pueden cambiar. Así como les he hablado de algunos hombres del pasado, quiero aquí recordar un hombre de hoy: un español, del cual tengo la honra de considerarme amigo: José Esquinas-Alcázar. A él se debe en buena parte la firma en 1983 del Compromiso Internacional de Recursos Genéticos, y en 2001 el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura redactado en el ámbito de la Conferencia de la FAO. Han sido dos instrumentos fundamentales para afrontar a escala casi mundial el grave asunto de la biodiversidad. La acción de un hombre ha demostrado que a veces se pueden cambiar rumbos que parecen ya diseñados. El es la prueba, aún en un tema sensible como este, que se puede luchar de adentro y modificar relaciones de poder que parecían intocables.

Así que podemos soñar que lograremos reducir no solo la plétora de instituciones, sino también modificar sus visiones desde adentro, transformarlas en actores que defiendan activamente estos principios y valores. Podemos soñar que un día no serán solo los gobiernos a regir estas instituciones y sus órganos ejecutivos, sino que también las organizaciones campesinas, indígenas, de pescadores artesanales, de mujeres, y los mismos consumidores lograrán entrar en la sala de botones.

Hay mucho que hacer, pero este depende también de cada uno de nosotros y nosotras. Debemos aprender a ocupar espacios de poder, entrar en las instituciones y subir en los lugares de mando. Criticar de afuera no será suficiente y aún meno continuar con gritos separados en un desierto donde las fuerzas que se oponen, una verdadera lobby, son cada día más organizadas.

Por eso que quiero terminar aquí, con un llamado a juntar esfuerzos para luchar en contra de una “lobby del hambre” que cada día demuestra una capacidad impresionante de definir el rumbo de las políticas , de las acciones de los gobiernos; que tiene la fuerza para comprar consenso o para evitar el disenso y frente a la cual parece casi imposible poder luchar. Sin embargo, así como hemos logrado volver a poner el tema de la reforma agraria en la agenda internacional, con la Conferencia realizada en marzo de 2006 en Brasil , así como muchos movimientos han logrado resultados en temas importantes (el reconocimiento del agua como un derecho – votado por Naciones Unidas ), existen esperanzas concretas que algo se pueda mover.

Trabajemos juntos a una agenda de trabajo, a propuestas de acción que, en el respeto de cada uno, logren catalizar fuerzas: les hemos presentado algunas ideas que son hijas de reflexiones de años, nuestras y de quien nos ha anticipado en eso. No son sueños, sino alimentos para que los sueños se vuelvan realidad.

Gracias.

Esta ponencia va acompañada de una serie de láminas que no puedo visualizar aqui. Igualmente, pro razones técnicas, no se visualizan las notas a pié de página.
Quiero recordar que este texto ha sido preparado principalmente por Paolo Groppo, con participaciones de: Carolina Cenerini, Gérard Ciparisee, Wim Polman, Guido Santini, Alvaro Toledo, Daniele Volpe, Francisco Carranza y Txaran Basterretxea; se agradecen los “emprestamos” de ideas y sugerencias de Marcel Mazoyer y José Esquinas. Las opiniones expresadas son a título personal y no representan las de FAO

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