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giovedì 30 dicembre 2021

La sporca dozzina del 2021

Olivier Norek – Impact


Meryle Secrest - Il caso Olivetti


Valérie Perrin - Cambiare l'acqua ai fiori


Niccolò Ammaniti - Io non ho paura


Silvia Avallone - Marina Bellezza


Stefania Auci - I leoni di Sicilia

Stefania Auci - L'inverno dei leoni


Sara Lövestam - Chacun sa vérité

Sara Lövestam - ça ne coute rien de demander

Sara Lövestam - Libre comme l'air

Sara Lövestam - Là ou se trouve le cœur


Jérome Loubry - De soleil et de sang

venerdì 3 dicembre 2021

¡Chile Vive! ¡Viva Chile!

En Italia, las pocas personas que se interesan por lo que ocurre fuera de nuestras fronteras muy raramente dirigen sus ojos a tierras lejanas, más aún que el "fin del mundo" evocado por el Papa Francisco cuando fue elegido para el trono papal. Hablo de Chile, un pequeño país que ha iluminado mucho la vida italiana, políticamente, en los últimos 51 años, sin ninguna reciprocidad.

Las elecciones presidenciales de 1970 llevaron a Salvador Allende al palacio de la Moneda, gracias a la Unidad Popular que había logrado reunir a todos los flancos de la izquierda. La disputa básica era entre un modelo conservador en la sociedad y (neo)liberal en la economía y dos variantes progresistas que querían nacionalizar, unos más (Allende) y otros menos (la DC de Tomic) varios sectores clave de la economía. Gracias a un acuerdo con la DC, el Parlamento, tras unas elecciones en las que ninguno de los candidatos había obtenido el 50,1% de los votos, votó a favor de la elección de Allende.

Fue un terremoto que sacudió los cimientos de muchos países de la región, en su mayoría dominados por dictaduras militares y un estricto control por parte de la administración estadounidense. El hecho de que el peligro socialista (comunista) se infiltrara a través del juego de las elecciones libres fue una lección que los estadounidenses aprendieron bien, y se esforzaron por garantizar que esas cosas no pudieran ocurrir en otros lugares en el futuro (por ejemplo, Italia).

En Italia, el ejemplo chileno fue seguido con entusiasmo por el partido comunista, llevando agua al molino de la visión de Berlinguer, según la cual el objetivo último de una transformación socialista de Italia debía pasar, por un lado, por las elecciones y, por otro, por una convergencia política con la democracia cristiana. Todo esto alarmó a los estadounidenses, por un lado, y a los rusos, por otro.

La fuerte injerencia externa, la polarización política interna, seguida de la desaparición del "principio de negociación, de pleitesía, de alianzas entre grupos sociales y partidos políticos que había caracterizado la historia política chilena hasta entonces" (Maria Rosaria Stabili. 2015. Chile 1970-1973. Allende, la Unidad Popular, el golpe de estado. Revista del Instituto de Historia Europea del Mediterráneo, número 14), conducen a la ruptura democrática y al golpe militar de 1973. La vía chilena al socialismo murió ese día, pero las lecciones que se pueden extraer de esa experiencia siguen siendo relevantes hoy en día.

Con dificultad, pero con la determinación y el liderazgo del pueblo, la dictadura militar terminó en las urnas, con el Plebiscito de 1988 y la posterior elección presidencial de 1989, que llevó a una coalición de centro-izquierda (Democracia Cristiana y Socialistas) a dirigir el país durante las siguientes décadas. El escaso margen de maniobra de la Concertación, que tuvo que actuar dentro de un marco normativo decidido y controlado por los militares, y con un sector económico y financiero muy preocupado por perder sus privilegios, hizo que la democratización del país fuera lenta, a pesar del crecimiento económico y la estabilidad política. 

En el contexto latinoamericano de los años 90 y de la primera década del 2000, Chile siempre se vio bien, sobre todo teniendo en cuenta la situación catastrófica de sus vecinos, Argentina, Brasil y Perú en particular. Algunas medidas fundamentales de la época militar se mantuvieron intactas: la privatización total del sistema de pensiones, que permitió grandes beneficios para los controladores y bajas pensiones para los participantes, un sistema escolar de dos velocidades, con el sector privado convertido en la única forma de encontrar un trabajo digno de ese nombre, pero a costes cada vez más insostenibles. Por otro lado, los derechos de las mujeres y de los pueblos indígenas no consiguen abrirse paso con firmeza en la agenda del gobierno.

En Italia observamos con atención el método y los resultados de la Concertación, que iba a inspirar el Ulivo de Prodi. La disolución de la Unión Soviética y el escándalo de la tangentopoli con la disolución de la democracia cristiana, facilitaron ese camino de convergencia entre las fuerzas socialistas y católicas, de una manera más elaborada y menos traumática que lo que había ocurrido en Chile al principio. Sin embargo, también en Italia había que proceder con cautela, y el secuestro y asesinato de Aldo Moro, el primer defensor de esta posible "convergencia paralela" entre la DC y el PCI, fue una señal bien entendida en nuestro mundo político.

 

La olla a presión que hervía en Chile, aunque pocos querían verla, estalló en 2011, con masivas manifestaciones estudiantiles contra el gobierno de derecha que, por primera vez desde 1989, había vuelto a dirigir el país, exigiendo una profunda reforma del sistema educativo nacional. Las respuestas del gobierno, consideradas en gran medida insuficientes, dieron lugar a continuas protestas en 2012 y 2013. La movilización estudiantil se convirtió en un elemento clave para vencer a la derecha en las elecciones presidenciales de 2014, que vieron la llegada de la primera mujer presidenta de la república, Michelle Bachelet.

 

A pesar de varios resultados positivos en ese momento, habíamos entrado en un período de alternancia política, con una franja del electorado cada vez más insatisfecha y fluctuante, llevando primero a la derecha y luego al centro-izquierda al palacio presidencial, pero sin resolver las dos cuestiones fundamentales, a las que se empezaba a añadir la cuestión indígena.

 

Y así llegamos al "Estallido" de 2019, que comenzó por el encarecimiento del metro y luego se amplió a los temas de la caravana, la corrupción, los problemas anteriores de las pensiones y la educación privada y, finalmente, por una nueva Constitución que sustituya a la de Pinochet de 1988. El presidente de la república llegó a declarar (2019) que "Chile está en guerra", y la respuesta militar y policial se saldó con decenas de muertos y detenidos. Las manifestaciones fueron creciendo, hasta que la "marcha más grande" del 25 de octubre congregó a 1.200.000 personas en las calles de la capital, Santiago (de una población total de 19 millones, de los cuales algo más de 6 millones viven en la capital).

 

La progresiva pérdida de credibilidad tanto del presidente como de los partidos de la Concertación, acusados de no entender los profundos cambios en Chile, llevó a la creación del Frente Amplio, una coalición de fuerzas de izquierda, muy caracterizada por la presencia de jóvenes, que resultó ser un elemento central en la dinámica política reciente. Chile está cambiando, y las señales externas fueron primero los resultados del Plebiscito de 2020 a favor de una nueva constitución, y luego la elección de una "Asamblea Constituyente" en 2021, por primera vez igualitaria, y dirigida por un líder indígena mapuche, encargada de preparar el nuevo texto que será sometido a referéndum en el verano del próximo año.

 

Las elecciones presidenciales en curso han visto la eliminación de los candidatos de los partidos tradicionales, para lanzar un desafío entre el candidato de la izquierda (Frente Amplio y Partido Comunista) contra un inesperado candidato de la extrema derecha, abiertamente pro-Pinochet.

El 19 de diciembre tendrá lugar la segunda vuelta, y de ahí saldrá la figura que dirigirá el país en los próximos años. Un país dividido, como nos hemos acostumbrado a ver en muchos países occidentales en los últimos años, entre fuerzas progresistas, inseguras y divididas, y fuerzas reaccionarias que encuentran un fuerte apoyo en el mundo económico y financiero, pero también un país menos brillante económicamente y que tendrá que enfrentarse, con dos propuestas diametralmente opuestas, a las cuestiones de los derechos de los pueblos indígenas (considerados terroristas por el candidato de la derecha) y de la inmigración (hasta hace muy poco, los refugiados haitianos podían entrar legalmente en el país sin visado; a ellos se han sumado los refugiados que llegan de países en grave crisis, como Venezuela, procedentes de la frontera norte del país). El racismo, que antes era una cuestión tácita, pero que existía en forma de clase, género y raza, se está convirtiendo ahora en parte del discurso público, ya que los haitianos (y muchos otros de países caribeños) son de piel oscura y esto se nota en la ciudad.

 

El candidato de la izquierda, y sobre todo de los jóvenes, parece haber entendido que, si criticar los resultados de los gobiernos de la Concertación sirve para aglutinar a las nuevas generaciones, para ganar las elecciones necesitan los votos de quienes durante años votaron por el PS, el PPD y la Democracia Cristiana. El riesgo de que Chile vuelva a la época de Pinochet es muy fuerte (su candidato obtuvo el primer puesto tras la primera vuelta de las elecciones), por lo que ahora el candidato de la izquierda, Boric, se esfuerza por enmendar la plana a esas fuerzas progresistas que han envejecido un poco prematuramente pero que siguen presentes en el corazón de muchos chilen@s.

 

Será interesante seguir esta dinámica electoral y política, por las implicaciones que tendrá también en el futuro de la nueva constitución en preparación, especialmente en la cuestión indígena y territorial donde, si gana el candidato pinochetista, no se puede excluir el riesgo de que estalle una guerra civil dadas sus declaraciones públicas. No olvidemos que gran parte de los territorios indígenas han sido apropiados ilegalmente por el Estado chileno y entregados en concesión a empresas forestales y mineras, condenando a las poblaciones locales a la inanición. Los gobiernos de la Concertación han dado varios pasos adelante, pero éstos han sido juzgados como muy insatisfactorios por los representantes políticos de los pueblos indígenas, por lo que se espera que un gobierno liderado por Boric avance en la dirección correcta.

 

Se perfila una época muy caliente, y muy interesante de seguir, no sólo para los que aman y se interesan por Chile, sino también para todos nosotros.

Cile Vive! Viva Cile!


In Italia, quelle poche persone che si interessano a cosa succeda fuori dai nostri confini, molto raramente volgono lo sguardo verso terre lontane, ancora più di quel “fine del mondo” evocato da Papa Francesco quando venne scelto per il soglio pontificio. Parlo del Cile, un paese piccolo piccolo ma che tanto ha illuminato, politicamente, la vita italiana negli ultimi 51 anni, senza peraltro che ci sia stata alcuna reciprocità.

 

Le elezioni presidenziali del 1970 portarono l’avvocato Salvador Allende al palazzo della Moneda, grazie all’Unidad Popular che era riuscita a mettere assieme tutte le frange della sinistra. La disputa di fondo era tra un modello conservatore nella società e (neo)liberale in economia e due varianti progressiste che volevano nazionalizzare, chi più (Allende) e chi meno (la DC di Tomic) vari settori chiave dell’economia. Grazie a un accordo con la DC, il Parlamento, dopo l’elezione in cui nessuno dei candidati aveva ottenuto il 50,1% dei voti, votò per l’elezione di Allende.

 

Fu un terremoto che scosse le fondamenta di molti paesi della regione, dominati perlopiù da dittature militari e da un controllo ferreo da parte dell’amministrazione americana. Che il pericolo socialista (comunista) si infiltrasse attraverso il gioco delle libere elezioni fu una lezione che gli americani impararono bene, impegnandosi a fondo perchè in futuro che cose del genere non potessero succedere altrove (esempio Italia).

 

Da noi, l’esempio cileno fu seguito con entusiasmo dal partito comunista, portando acqua al mulino della visione berlingueriana secondo cui l’obiettivo ultimo di una trasformazione in senso socialista dell’Italia doveva passare da un lato dalle elezioni e secondo da una convergenza politica con la democrazia cristiana. Tutte cose che mettevano in allarme sia gli americani da un lato che i russi dall’altro.

Le pesanti ingerenze esterne, la polarizzazione politica interna, seguita al venir meno del “principio della trattativa, del patteggiamento, delle alleanze tra gruppi sociali e partiti politici che aveva caratterizzato sino a quel momento la storia politica cilena” (Maria Rosaria Stabili. 2015. Cile 1970-1973. Allende, la Unidad Popular, il golpe. Rivista dell’Istituto di Storia dell’Europa Mediterranea, numero 14), portano alla rottura democratica e al golpe dei militari del 1973. La via cilena al socialismo moriva quel giorno, ma le lezioni da tirare da quell’esperienza continuano ad essere attuali ai giorni nostri.

Con difficoltà, ma con determinazione e protagonismo di popolo, la dittatura militare finì nelle urne, col Plebiscito del 1988 e la successiva elezione presidenziale del 1989 che portò una coalizione di centro-sinistra (democrazia cristiana e socialisti) a dirigere il paese per i decenni successivi. I limitati margini di manovra della Concertación, che doveva operare all’interno di un quadro normativo deciso e controllato dai militari, e con un settore economico e finanziario molto preoccupato di perdere i propri privilegi, fecero sì che la democratizzazione del paese andasse a rilento, malgrado la crescita economica e la stabilità politica. 

Nel contesto latinoamericano degli anni 90 e del primo decennio del 2000, il Cile faceva sempre la sua bella figura, soprattutto data la situazione catastrofica dei suoi vicini, Argentina, Brasile e Perù in particolare. Alcune misure fondamentali dell’era militare non furono toccate: la privatizzazione totale del sistema pensionistico, che permetteva grandi profitti ai controllori e basse pensioni per i partecipanti, un sistema scolastico a due velocità, col settore privato che diventava l’unica strada per trovare un impiego degno di questo nome, ma a costi sempre più insostenibili. Dall’altro, i diritti delle donne e dei popoli indigeni non riuscivano ad entrare a far parte in maniera stabile dell’agenda di governo.

Noi in Italia osservavamo con attenzione il metodo e i risultati della Concertación, che avrebbe tanto ispirato l’Ulivo prodiano. La dissoluzione dell’Unione Sovietica e lo scandalo di tangentopoli con lo scioglimento della democrazia cristiana, facilitavano quel cammino di convergenza tra le forze socialiste e cattoliche, in maniera più elaborata e meno traumatica di quanto era successo in Cile agli inizi. Anche da noi però bisognava avanzare con cautela, e il rapimento e omicidio di Aldo Moro, primo fautore di questa possibile “convergenza parallela” tra DC e PCI era stato un segnale ben compreso nel mondo politico nostrano.

La pentola a pressione che bolliva in Cile, anche se pochi volevano vederla, scoppiò nel 2011, con imponenti manifestazioni studentesche contro il governo della destra che, per la prima volta dopo il 1989, era tornato a dirigere il paese, per chiedere una riforma in profondità del sistema educativo nazionale. Le risposte governative, considerate largamente insufficienti, portarono a continuare le proteste sia nel 2012 che nel 2013. La mobilitazione studentesca diventò un elemento chiave per battere la destra nelle elezioni presidenziali del 2014, che videro l’arrivo della prima donna presidente della repubblica, Michelle Bachelet.

Malgrado vari risultati positivi di quel periodo, si era entrati in un periodo di alternanza politica, con una frangia dell’elettorato sempre più scontenta e fluttuante, riportando prima la destra e poi il centro sinistra al palazzo presidenziale, senza però che le due questioni di fondo, alle quali iniziava ad aggiungersi la questione indigena, fossero risolte.

Ed arriviamo quindi al “Estallido” (lo scoppio) del 2019, iniziato a causa dell’aumento del costo della metropolitana e ampliatosi poi ai temi del carovita, la corruzione, i problemi precedenti di pensioni e educazione privata e, finalmente, per una nuova Costituzione che rimpiazzasse quella di Pinochet del 1988. Il presidente della repubblica arrivò a dichiarare (2019) che il “Cile si trova in guerra”, e la risposta militare e poliziesca portò a decine di morti ed arresti. Le manifestazioni aumentarono, fino alla “marcia più grande” che, il 25 ottobre, portò in piazza nella capitale Santiago 1.200.000 persone (su una popolazione totale di 19 milioni della quale poco più di 6 milioni vive nella capitale).

La progressiva perdita di credibilità tanto del Presidente, che dei partiti della Concertación, accusati di non aver capito i cambiamenti profondi del Cile, portarono alla creazione di un Frente Amplio, una coalizione di forze di sinistra, molto caratterizzata dalla presenza giovanile, che si dimostrò essere un elemento centrale delle dinamiche politiche recenti. Il Cile sta cambiando e i segnali esterni furono prima i risultati del Plebiscito del 2020 in favore di una nuova costituzione e poi l’elezione di una “Asemblea Costituyente” nel 2021, per la prima volta paritaria, e guidata da una lider degli indigeni Mapuche, incaricata di preparare il nuovo testo che sarà sottoposto a referendum nell’estate del prossimo anno.

Le elezioni presidenziali attualmente in corso, hanno visto l’eliminazione dei candidati dei partiti tradizionali, per lanciare la sfida tra il candidato della sinistra (Frente Amplio e Partito Comunista) contro un inaspettato candidato della destra estrema, dichiaratamente filo-Pinochet.

Il 19 dicembre ci sarà il secondo turno, e da lì uscirà la figura che guiderà il paese nei prossimi anni. Un paese diviso, come ci stiamo abituando a vedere in molti paesi occidentali in questi ultimi anni, tra forze progressiste, incerte e divise e forze reazionarie che trovano forti appoggi nel mondo economico e finanziario, ma anche un paese meno brillante economicamente e che dovrà affrontare, con due proposte diametralmente opposte, i temi dei diritti dei popoli indigeni (considerati come dei terroristi dal candidato di destra) e dell’immigrazione (fino a pochissimo tempo fa, i rifugiati di Haiti potevano entrare legalmente nel paese senza visto; a loro si sono andati sommando i profughi in arrivo da paesi in crisi gravissima come il Venezuela, che arrivano dalla frontiera nord del paese). Il razzismo, che prima era una questione non dichiarata, ma esistente sia nella versione di classe che di genere e razza, adesso sta diventando parte del discorso pubblico, dato che gli haitiani (e molti altri provenienti dai paesi caraibici) sono di pelle scura e questo si nota in città.

Il candidato della sinistra, e soprattutto dei giovani, sembra aver capito che se criticare i risultati dei governi della Concertación serve per mettere assieme le nuove generazioni, per vincere le elezioni servono i voti di chi per anni ha votato il PS, il PPD e la Democrazia Cristiana. Il rischio che il Cile torni indietro all’epoca di Pinochet è molto forte (il loro candidato ha ottenuto il primo posto dopo il primo turno delle elezioni), per cui adesso il candidato Boric della sinistra sta lavorando di fino per ricucire con quelle forze progressiste un po’ precocemente invecchiate ma sempre presenti nel cuore di tanti cileni e cilene.

Sarà interessante seguire questa dinamica elettorale e politica, per i risvolti che avrà anche nel futuro della nuova costituzione in preparazione, soprattutto sulla questione indigena e territoriale dove, se vincesse il candidato pinochetista, il rischio che una guerra civile scoppi non è da escludere date le sue dichiarazioni pubbliche. Non dimentichiamo infatti che gran parte dei territori indigeni sono stati appropriati illegalmente dallo Stato cileno e dati in concessioni a imprese forestali e minerarie, condannando le popolazioni locali alla fame. I governi della Concertación hanno fatto vari passi in avanti, ma giudicati molto insoddisfacenti dalle rappresentanze politiche dei popoli indigeni, per cui l’aspettativa è forte che un governo a guida Boric vada nella giusta direzione.

Si prepara un periodo molto caldo, e molto interessante da seguire non solo per chi ama e si interessa al Cile, ma anche per tutti noi.

mercoledì 1 dicembre 2021

2021 L57: La dame de Reykjavik - Ragnar Jonasson

Points, 2020

Hulda a tout donné à sa carrière. Mais en faisant toujours cavalier seul. Elle a beau être une des meilleures enquêtrices du poste de police de Reykjavik, à soixante-quatre ans, sa direction la pousse vers la sortie.
La perspective de la retraite l'affole. Tout ce temps et cette solitude qui s'offrent à elle, c'est la porte ouverte aux vieux démons et aux secrets tragiques qu'elle refoule depuis toujours. Et ses échappées dans la magnificence des paysages islandais, pour respirer à plein poumons la sauvagerie de son île, ne suffiront plus, cette fois.
Alors, comme une dernière faveur, elle demande à son patron de rouvrir une affaire non résolue. Elle n'a que quinze jours devant elle. Mais l'enquête sur la mort d'Elena, une jeune russe demandeuse d'asile, bâclée par un de ses collègues, va s'avérer bien plus complexe et risquée que prévu. Hulda a-t-elle vraiment pesé tous les risques ?

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Non si racconta la fine... ma ci è piaciuto assai... (è una trilogia per cui adesso cerchiamo gli altri due)

domenica 21 novembre 2021

2021 L56: Christian Frascella - Il delitto ha le gambe corte



Einaudi, 2019

Lui è Contrera, un investigatore privato dalla vita sgangherata, un cialtrone di talento che riceve i clienti con una birra in mano in una lavanderia a gettoni di Torino.
Impossibile non affezionarsi a lui e al suo mondo: la figlia ribelle dai capelli viola, il cognato capace di bassezze sempre piú raffinate, i tanti personaggi che affollano il quartiere multietnico - vivo, e ferito - di Barriera di Milano.
Tanto piú in questa nuova indagine, dove Contrera si mette sulle tracce di una bellissima assassina inciampando in guai domestici e sentimentali. Per ritrovarsi alla fine impelagato in un mistero che getta le radici nei mali del nostro tempo e che lui affronta come ci ha già abituato: da inesorabile sbruffone, con la battuta pronta e il coraggio di chi cerca la verità a ogni costo.

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Mi sono imbattuto per caso in questo autore, e ne sono felice. Il suo improbabile detective privato mi ha fatto sorridere varie volte leggendo il libro. Piacevole scoperta che ti da voglia di leggere il primo della serie.


2021 L55: Francesco Guccini - Tre cene


Giunti, 2021

«Non aspettatevi grandi avvenimenti dalle cose che andrò raccontando, fulminanti colpi di scena come agnizioni improvvise o finali drammatici o misteri iniziali che poi, a poco a poco, logicamente sgretolati dalle deduzioni di un abile investigatore, si dipanano e si mostrano in tutta la loro enigmatica chiarezza»: così ci avverte Francesco Guccini, in apertura del primo dei tre racconti che compongono questo libro. «È semplicemente la storia di una cena, e di alcuni amici; una storia di quelle quasi come le favole che ci raccontavano da piccoli, già sentita tante volte ma che amavamo ci raccontassero ancora e ancora, per il solo piacere di stare lì ad ascoltare…» E così, accompagnati dalla sua voce, seguiamo gli amici protagonisti in una notte d’inverno, mentre la neve cade, fino alla prima delle locande dove trascorreranno una notte di buon cibo e molto vino, di risate e un po’ d’amore; una di quelle notti in cui l’amicizia e la sazietà aiutano a non ascoltare i presagi della vita che corre. Questa prima cena ha luogo prima dell’ultima guerra nell’Appennino tra Bologna e Pistoia, la successiva ci racconta lo stesso mondo quarant’anni dopo, l’ultima – che non è invero una cena, bensì un pranzo di mezza estate che si protrae fino a un grande falò notturno – si svolge nel giorno di un’eclissi di sole. Dai poveri anni Trenta alla disillusa fine del Novecento, passando dalle speranze dei Settanta, nelle tre compagnie di amici che si avvicendano, nei loro scherzi, nelle loro sbronze, nei cibi che scelgono di mangiare ritroviamo il sapore del nostro passato e rileggiamo noi stessi con divertimento e malinconia. Francesco Guccini inanella tre storie che diventano una sola e dà vita a nuovi, memorabili, bizzarri eroi della sua epica del tempo perduto

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L'impressione è che siamo arrivati alla fine dell'ispirazione gucciniana.

giovedì 18 novembre 2021

2021 L54: Sandrine Destombes - Les jumeaux de Piolenc



Hugo et Compagnie, 2020

Août 1989. Solène et Raphaël, des jumeaux de onze ans originaires du village de Piolenc, dans le Vaucluse, disparaissent lors de la fête de l'ail. Trois mois plus tard, seul l'un d'eux est retrouvé. Mort.
Juin 2018. De nouveaux enfants sont portés disparus à Piolenc. L'histoire recommence, comme en macabre écho aux événements survenus presque trente ans plus tôt, et la psychose s'installe. Le seul espoir de les retrouver vivants, c'est de comprendre enfin ce qui est arrivé à Solène et Raphaël. Au risque de réveiller de terribles souvenirs.

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Una trama talmente complessa da sembrare inverosimile, ma effettivamente ti costringe a leggere una pagina dietro l'altra senza fermarti. Molto interessante.

domenica 7 novembre 2021

2021 L53: Marcel Pagnol - La femme du boulanger

 


versione del 1953

La femme du boulanger s'est enfuie avec un berger. Le boulanger se saoule et ne fait plus de pain. 

Tous les habitants du village - y compris les ennemis légendaires, l'instituteur et le curé - s'unissent pour retrouver la femme du boulanger. Le marquis prend la direction des opérations...

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A leggerlo oggi, con la sensibilità di genere che abbiamo, verrebbe voglia di buttarlo nella spazzatura per i cliché e gli stereotipi maschilisti, patriarcali e cattolici. Per l'epoca è stato un libro che ha fatto storia, ma non lo proporrei a mio nipote.

2021 l52: Julia Chapman - Avec le crime


Robert Laffont, 2018

Quand Samson O'Brien débarque sur sa moto rouge à Bruncliffe, dans le Yorkshire, pour y ouvrir son agence de détective privé, la plupart des habitants voient son arrivée d'un très mauvais œil. De son côté, Delilah Metcalfe, génie de l'informatique au caractère bien trempé, tente de sauver de la faillite son site de rencontres amoureuses. Pour cela, elle décide de louer le rez-de-chaussée de ses locaux. Quelle n'est pas sa surprise quand son nouveau locataire se révèle être Samson ? et qu'elle découvre que son entreprise porte les mêmes initiales que la sienne ! Les choses prennent un tour inattendu lorsque Samson met au jour une série de morts suspectes dont la piste le mène tout droit... à l'agence de rencontres de Delilah !


Primo libro della serie dei detectives dello Yorkshire. Facile da leggere e una storia simpatica, che invita ad andare avanti con i prossimi episodi.

domenica 31 ottobre 2021

2021 L51: Cesare Battisti - Dernières cartouches



Payot et rivages, 2000

A vingt-deux ans, Claudio a déjà un lourd passé : vols à main armée et séjours en prison. Nous sommes en 1976, dans la région de Rome. Un grand mouvement politique et culturel secouant l'ltalie va prendre la forme d'une lutte armée menée contre l'Etat. Désormais clandestin, Claudio sera entraîné dans un tourbillon qui le portera en première ligne des combats.

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Mi è capitato in mano un po' per caso, e ho voluto leggerlo. La storia sembra proprio quello di un tipo come Battisti, capitato in mezzo alla lotta armata della fine anni 70 senza sapere bene il perché. Il libro si legge in un attimo, c'è ritmo, anche se poi ti resta come un amaro in bocca pensando a cosa andavano in giro a combinare questi "rivoluzionari"....

giovedì 21 ottobre 2021

2021 L50: Marylène Patou-Mathis - La preistoria è donna - una storia dell'invisibilità delle donne

 

Giunti, 2021

Fino alla metà del XX secolo, dipinti, sculture, libri, illustrazioni hanno creato un immaginario collettivo trasmettendo un unico messaggio: la preistoria è una questione di uomini. Ma non ci sono prove che gli uomini primitivi fossero cacciatori, creatori di armi e utensili, nonché artisti di dipinti rupestri mentre le donne si occupassero solo dei figli e di tenere in ordine la grotta. L’archeologia è una scienza giovane, che risale al XIX secolo, ed è stata sviluppata da studiosi di genere maschile che erano inclini a proiettare gli stereotipi di quel tempo sul loro oggetto di studio, costruendo un modello di famiglia preistorica che imita quello della famiglia occidentale dell’Ottocento: nucleare, monogama e patriarcale, con l’idea che le donne non abbiano avuto alcun ruolo nell’evoluzione tecnica e culturale dell’umanità. Escludendo metà della popolazione, la visione del comportamento nelle società preistoriche è stata distorta per più di un secolo e mezzo. Nell’ultimo decennio, però, lo sviluppo dell’archeologia di genere, delle nuove tecniche di analisi dei reperti e le recenti scoperte di fossili umani ci hanno permesso di sfidare i numerosi pregiudizi sulle donne preistoriche, che erano in realtà meno sottomesse e più inventive di quanto si è creduto fino a oggi. Con La preistoria è donna, Marylène Patou-Mathis decostruisce i paradigmi all’origine di questo ostracismo e ci permette di aprire nuove prospettive nell’approccio scientifico verso lo studio delle società preistoriche. Pone inoltre le basi per una diversa storia delle donne, libera da stereotipi, non più dominata e scritta solo da uomini.

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In teoria dovrebbe essere inutile ripetere quanto sia importante studiare la tematica di genere, dato che riguarda la metà della popolazione mondiale, ma preferisco ripeterlo. Un testo semplice e molto interessante. 

I diritti umani sono intrinsecamente anti-democratici

Condivido di seguito un articolo di Costas Douzinas, apparso sul Guardian dell'11 marzo 2009, tradotto da Chiara Bottici e pubblicato sul sito https://www.juragentium.org/topics/rights/it/universa.htm.

Da parte mia ho solo modificato, per ragioni provocatorie, il titolo originale (I diritti sono universali?), prendendo a prestito una frase dell'autore stesso.


In un'intervista recente, Bob Geldof ha sottolineato un apparente paradosso che sta al cuore dei diritti umani: sono occidentali eppure l'Occidente li considera universali. Nel suo discorso inaugurale, il presidente Obama ha detto qualcosa di simile. Gli Stati Uniti stanno tornando ai loro "valori" e ciò gli consentirà di guidare nuovamente il mondo. Ma possono i diritti umani essere occidentali ed universali allo stesso tempo?

I diritti umani sono ormai un fatto. La Dichiarazione Universale e i Patti sui diritti civili, politici sociali ed economici sono stati adottati in tutto il mondo. I diritti umani sono l'ideologia dopo "la fine delle ideologie", gli unici valori dopo la "fine della storia". Ma le controversie sul relativismo culturale, sulle cosiddette guerre umanitarie e sull'abrogazione del nostro Human Rights Act indicano che questo semplice fatto non è abbastanza. Come ha osservato il filosofo Jacques Maritain "siamo tutti d'accordo sui diritti, ammesso che nessuno ci chieda perché. Con il "perché?", iniziano le controversie." Invece di impegnarci a comprendere le giustificazioni sottostanti (ed alternative) ai diritti, un forte coro ci chiede semplicemente di agire, unirsi, salvare il mondo. Si ripetono, come dei mantra, un certo numero di banalità e mezze verità sui diritti; tuttavia non smettiamo di pensare. Di conseguenza, si è spesso incapaci di capire perché e come altri possano dissentire da noi. L'azione diventa un palliativo della cattiva coscienza. Questo intervento ricostruisce sinteticamente la traiettoria percorsa dal diritto naturale fino ai diritti naturali (e poi umani) tracciando un parallelo tra quelle prime tradizioni ed i dibattiti contemporanei.

Il primo riferimento ai "diritti umani" appare in scritti giuridici degli anni venti. Ma il loro pedigree si estende fino alle cosmologie greche e all'idea del diritto naturale. Per i Greci, l'universo, ed ogni essere animato ed inanimato, hanno una natura unica che determina il loro fine o scopo. Ad esempio, un soldato è virtuoso se lotta per diventare il più coraggioso dei guerrieri ed una città è giusta se permette ai suoi cittadini di raggiungere la perfezione in conformità con il loro scopo. L'idea di una "natura" razionale è un'invenzione rivoluzionaria della filosofia. Ha consentito a Socrate e ad Aristotele, ai sofisti e agli Stoici di esplorare che cosa è "giusto secondo natura" usando la ragione contro le opinioni ricevute e le autorità ancestrali. La "natura" è stata la più culturale, ma anche la più rivoluzionaria delle idee filosofiche.

Giacché ogni cosa era percepita come interconnessa in un cosmo armonioso, una concezione comune del bene ed un'etica condivisa univa il mondo greco. Nessun muro tra moralità e legalità. La stessa parola (dikaion, jus) indicava insieme sia ciò che è conforme al diritto che ciò che è conforme alla morale o uno stato di cose giusto. Gli stoici hanno mutato il diritto naturale in un'universale, eterna ed assoluta ragione che unificherebbe spiritualmente l'umanità. Il loro universalismo filosofico è stato di grande aiuto per la costruzione dell'impero romano. Con il giurista e uomo politico Cicerone, l'universalità degli Stoici è passata sullo jus gentium, il diritto dell'Impero Romano, che è "eterno ed immutabile e lega tutti popoli e tulle le epoche". Questa trasformazione dell'universalismo filosofico in imperialismo globale ha da allora immancabilmente accompagnato l'Occidente.

Con la cristianizzazione dell'impero romano sono emerse le prime tensioni tra il diritto naturale e le priorità teologiche. A differenza delle divinità classiche, così profondamente umane, il Dio biblico è un legislatore onnipotente. Il diritto romano, sofisticato e pieno di sfumature, è stato gradualmente trasformato in una serie di comandamenti dati dalle Scritture. Tommaso d'Aquino ha fuso l'universo razionale classico con il Dio trascendente del Cristianesimo. È stata una fusione cruciale, ma precaria. La ragione divina detta la volontà divina, argomenta l'Aquinate, trasformando così il conflitto tra ragione e volontà in una questione di psicologia divina. E' Dio che ha inscritto le leggi eterne nell'ordine naturale, ma lo ha fatto in modo intelligibile. Questo diritto divino naturale, interpretato dalla Chiesa, è considerato superiore al diritto statuale. I poteri secolari devono seguire la legge divina o abbandonare le loro pretese di fedeltà dei cittadini. Era un'arma potentissima nelle mani della Chiesa. Ma quando la superiorità della Chiesa è stata pienamente raggiunta, il diritto naturale si è trasformato in una dottrina che giustificava il potere statuale. La grande forza di attrazione del diritto naturale consisteva nella sua flessibilità e nel potere straordinario che conferiva ai suoi interpreti. I diritti umani non sono molto differenti.

La fonte del diritto naturale passò dal cosmo teologico alla ragione unificante e, infine, a Dio nel giro di dieci secoli, e la moralità ha seguito una traiettoria simile. "Diritto" significava la giusta risposta ad una questione legale e morale insieme. Veniva raggiunta attraverso l'osservazione e la contemplazione della "grande catena dell'essere". Fino alla prima modernità, i diritti soggettivi non esistevano per cui i doveri erano i mattoni della morale. Gli stretti legami sociali nelle le città e nelle comunità creavano un forte senso di dovere morale e di virtù. Come Hannah Arendt ha provocatoriamente affermato, in base ai doveri dei loro padroni gli schiavi ateniesi avevano una vita migliore delle minoranze senza Stato dell'inizio del ventesimo secolo (o i rifugiati di oggi) che godono di diverse forme di "diritti" teorici ma non hanno alcuna protezione reale. L'osservazione di Arendt è un'utile risposta a Jack Straw ed ai Tories che sostengono che i doveri dovrebbero essere introdotti nella legislazione sui diritti umani. Il nostro diritto prevede obblighi giuridici penali e civili. Ma i doveri morali non possono essere facilmente legiferati. Essi emergono spontaneamente nelle famiglie e nelle comunità a partire dai legami "naturali". Il diritto può solo rafforzarli, non crearli.

Il precario compromesso stabilito da Tommaso tra i principi classici e quelli cristiani cominciò a sgretolarsi nel XIV secolo. I cosiddetti teologi "nominalisti" sostenevano che Dio avesse la priorità sulla ragione. Il diritto naturale è imposto da Dio sul mondo - per cui Egli ha il potere di mutarlo radicalmente. Dio può far sì che due più due faccia cinque e che il male si trasformi in bene e viceversa. Il nominalista Guglielmo di Ockham, reso celebre dal Nome della Rosa, sosteneva che sono gli individui e non le comunità ad essere gli elementi costitutivi del cosmo, e le relazioni tra di essi sono esterne anziché immanenti. Come direbbe la signora Thatcher (che potrebbe essere chiamata una nominalista contemporanea), non esiste alcuna società, ma solo individui e famiglie.

Che il diritto sia immanente e razionalmente comprensivo o imposto dall'esterno è questione cruciale nel dibattito contemporaneo, diviso com'è tra coloro che credono che i diritti umani siano universali ed i relativisti che lo negano. In questo contesto, i relativisti ricordano piuttosto i filosofi greci dell'epoca classica, che credevano che un codice morale possa funzionare solo se risponde all'organizzazione interna ed ai valori di una particolare società. I valori emergerebbero organicamente, l'imposizione esterna sarebbe sbagliata ed inefficace. Al contrario, gli universalisti seguono spesso i nominalisti: le leggi ed i valori possono e devono essere imposti dall'esterno. Se esiste una verità nelle questioni morali, il suo possessore ha il diritto (se ne ha il potere) di imporlo su altri. Poiché le relazioni sono esterne ed artificiali, anche le società riluttanti presto si accorderanno ed accetteranno il codice universale. Le nostre guerre recenti per esportare i diritti umani sono state condotte sotto la bandiera universalista, ma appartengono alla tradizione nominalista. Come si sa, la riconciliazione di filosofia e teologia operata da Tommaso è stata un fallimento.

All'inizio della modernità, la posizione nominalista è diventata dominante ed ha trasformato la natura in un oggetto inanimato, privo di spirito ed armonia. Il diritto naturale si è spaccato: da un lato, le leggi immutabili della natura che descrivono regolarità naturali, dall'altro, le leggi umane della Chiesa e dello Stato. I fini che unificavano il cosmo sotto una concezione del bene sono stati rimpiazzati dalle cause efficienti di una natura disincantata. Le conseguenze di un tale mutamento per il diritto e la politica sono state tratte da Hobbes, Locke, Paine e Rousseau. Quest'ultimo era l'autore preferito dai rivoluzionari francesi il cui primo atto è stato quello di promulgare una Dichiarazione dei diritti dell'uomo e del cittadino. I diritti dell'uomo di Paine ha influenzato moltissimo i rivoluzionari americani. La teoria dei diritti naturali anima la Dichiarazione d'Indipendenza ed il Bill of Rights. Dopo l'epoca rivoluzionaria, ciò che è "diritto" secondo la natura e la giustizia è stato trasformato in diritti naturali: un insieme di poteri personali e libertà, tipicamente quelli alla vita, libertà e proprietà, che appartengono al popolo perché parte della natura. Il metodo filosofico era quello di osservare gli uomini e, deducendo da tale osservazione i loro bisogni e desideri fondamentali, elaborare una costituzione a cui le diverse parti avrebbero acconsentito attraverso un fittizio patto naturale. I diritti sono diventati i mezzi attraverso cui i moderni, in assenza di un bene comune, perseguono le loro diverse concezioni di vita felice.

L'invenzione dell'idea di un contratto sociale ha aperto le porte alla possibilità della resistenza e della rivolta nel caso in cui le leggi statuali violino i diritti. Il loro potenziale rivoluzionario era fin troppo chiaro ai rivoluzionari vittoriosi. Poco dopo l'epoca delle rivoluzioni, i diritti naturali si sono atrofizzati. Il XIX secolo è stata l'epoca dell'ingegneria sociale all'interno degli Stati europei e del colonialismo all'esterno. Il diritto è diventato un mezzo nelle mani dei governi, dei costruttori di imperi e dei riformatori. Appelli ai principi morali o ai diritti individuali erano visti come ostacoli reazionari sulla via del progresso. Per dirla con il filosofo utilitarista Jeremy Bentham, parlare di diritti naturali è "un non-senso, non-senso sui trampoli". L'introduzione di spiegazioni su larga scala in sociologia, economia e psicologia, insieme all'affermarsi dei partiti politici di massa, ha accelerato il declino dei diritti naturali. L'idea che la società politica fosse stata istituita attraverso un contratto sociale era vista come un mito, mentre l'idea che certi diritti fossero naturali ed inalienabili è tramontata con le critiche di Durkheim, Weber e Marx. La Società per la prevenzione delle crudeltà verso gli animali è stato istituita nel 1823, mentre quella per la prevenzione della crudeltà verso i bambini solo nel 1889. I sostenitori dei diritti delle donne facevo spesso riferimento alla protezione degli animali come esempio da seguire. All'inizio del XX secolo, l'idea dei diritti naturali era ormai stata accantonata come una forma retrograda di conservatorismo religioso.

I diritti naturali sono stati riabilitati soltanto con il Processo di Norimberga per i crimini di guerra nazisti, nella nuova forma però di diritti umani. I giudici alleati si trovarono di fronte ad una difesa ineccepibile dal punto di vista legale. I tedeschi avevano seguito le leggi naziste ed agito entro i limiti del diritto statuale - l'unico diritto valido secondo l'idea allora prevalente. Per uscire da questa impasse, la corte ha ingegnosamente argomentato che lo sterminio sistematico degli Ebrei ed altri violava il diritto consuetudinario ed i principi delle nazioni civilizzate. Nel fare questo, il tribunale recuperava le idee centrali del diritto naturale: la sua insistenza sul fatto che una gerarchia tra le leggi esista e che, aldilà del diritto interno a ciascuno stato, esistono principi legali universali che, in caso di conflitto, devono prevalere.

Schiavitù, sterminio di intere popolazioni indigene, ed altre simili atrocità coloniali sono state commesse ripetutamente dall'Occidente. Adesso, però, che gli Europei hanno cercato di sterminare altri Europei il concetto di "crimini contro l'umanità" è entrato a far parte del lessico giuridico. L'umanità si è divisa in vittime e carnefici. Dopo il 1945, si è (tardivamente) accettata l'idea che l'umanità possa essere l'angelo sterminatore di se stesso. Norimberga e la Dichiarazione Universale dei Diritti Umani del 1948 hanno dato inizio ad un lungo processo di elaborazione normativa. Centinaia di dichiarazioni, convenzioni ed accordi sono stati adottati dalle Nazioni Unite, dalle organizzazioni regionali e dagli Stati. I diritti umani sono stati catalogati in "prima generazione" di diritti, quelli civili e politici (o diritti "negativi") associati al liberalismo, "seconda generazione", ossia diritti economici, sociali e culturali (o "positivi"), associati invece alla tradizione socialista, ed infine la cosiddetta "terza generazione" o diritti di gruppo e nazionali di sovranità, associati alle lotte per la decolonizzazione. Commissioni, tribunali e corti ne sono rapidamente seguite. Qual è la ragione di una tale proliferazione? È forse l'umanità divenuta per questo più sicura?

Gli orrori della Seconda Guerra Mondiale e dell'Olocausto hanno reso evidente che la democrazia e le tradizioni giuridiche e costituzionali nazionali non sono in grado di prevenire le atrocità su larga scala. Per dirla con Hannah Arendt, "possiamo anche pensare che, un giorno, un'umanità altamente organizzata e meccanizzata concluda democraticamente - ossia per maggioranza - che per l'umanità nella sua interezza sarebbe meglio liquidarne alcune sue parti". I diritti umani internazionali sono stati concepiti come un tipo di diritti di livello superiore a quello delle singole politiche statuali. In questo senso, i diritti umani sono intrinsecamente anti-democratici, allorché agiscono in difesa dei vulnerabili e degli oppressi contro i pregiudizi della maggioranza. Essi tentano di imporre restrizioni ai governi ed ai poteri legislativi per prevenire atti ferini nei confronti degli "altri" di ogni società e di ogni epoca. Dio - la fonte della legge di natura - è morto, come diceva Nietzsche, ma è stato rimpiazzato dal diritto internazionale.

Il Dio cristiano ha iniziato a risentire dei primi colpi della secolarizzazione nel tardo Medio Evo, nel momento stesso in cui il suo potere assoluto veniva celebrato, ma altri dei, incluso il Leviatano di Hobbes o "dio mortale", apparivano sulla scena. L'arroganza e l'ignoranza di alcuni dei fanatici dei diritti umani potrebbe muoversi in direzioni analoghe. I diritti umani sono occidentali e/o universali? E' indubbio che il loro albero genealogico sia occidentale. Il Confucianesimo, l'Induismo, l'Islam e le altre religioni africane hanno i loro approcci a etica, dignità ed uguaglianza, molti dei quali assai simili a quello occidentale. Ma le filosofie e le religioni non occidentali hanno una base comunitaria più accentuata, e non sono state parte dello sviluppo iniziale del movimento dei diritti umani. A John Humphrey, che ha steso la prima bozza della Dichiarazione Universale, è stato chiesto di studiare la filosofia cinese prima di mettersi al lavoro. "Non sono andato in Cina", ammetterà più tardi, "né ho studiato i testi di Confucio". Sono quindi universali i diritti umani? Questa breve storia vorrebbe offrire dei punti di riferimento per una discussione informata su quella che è forse la questione cruciale della filosofia politica della nostra epoca.

domenica 17 ottobre 2021

2021 L49: Sara Lövestam - Libre comme l'air


Poche 2020

Stockholm, de nos jours.
Mauvaise passe pour le détective Kouplan. Sa demande d’asile tarde à aboutir. Contraint d’emménager dans le métro, l’Iranien partage désormais un matelas de fortune avec deux toxicos. Abandonnerait-il pour autant ses activités de détective privé ? Ce serait mal le connaître, et puis comment refuser de prendre en filature un mari infidèle ? Son sens aigu de la débrouille et son empathie sans égale seront ses meilleurs alliés pour cette nouvelle enquête aux ramifications insoupçonnées…

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E con questo ho finito la serie dei Kouplan e credo proprio che, per la prima volta, tutti 4 i libri finiranno nella Top dell'anno. Da leggere assolutamente, non tanto per gli intrighi, ma per tutto quello che ci sta dietro e che ci parla a noi occidentali.

2021 L48: Sara Lövestam - ça ne coute rien de demander



Poche, 2019

L’autoproclamé « détective » Kouplan, immigré iranien à Stockholm, peine à joindre les deux bouts. Il en est réduit à collecter des canettes vides pour les revendre contre quelques pièces. En fouillant dans les poubelles du quartier huppé de Lidingö, il croise le chemin de Jenny Svärd, conseillère municipale aux dents longues, dont il surprend la conversation : Jenny vient de se faire escroquer par son amante, qui a disparu dans la nature avec deux cent mille couronnes. Puisque ça ne coûte rien de demander, Kouplan saute sur l'occasion pour lui proposer ses services d'enquêteur...

E con questi sono al terzo della serie di Kouplan, e andrà a finire nella Top

Noi, quelli della generazione del ‘60


Quando ripenso a quegli anni, agli amici di allora e come crescevamo, difficile non pensare a una specie di età dell’oro. Si sognava a occhi aperti, l’America era ancora con la A maiuscola e anche noi sognavamo la California, come cantavano i Dik Dik allora e la Nannini poco più tardi; ci sentivamo tutti dentro American Graffiti, con il Vietnam e tutte le altre disgrazie, molto lontane dal cuore e dagli occhi. 

 

Le magnifiche sorti e progressive di cui scriveva Leopardi ci sembravano realtà quotidiana, con i progressi tecnologici e le novità che la società del consumo di massa ci mostravano ogni giorno. Noi siamo quelli che hanno visto arrivare la lavatrice, il televisore e il telefono in tutte le nostre case, la macchina (quasi sempre una Fiat all’epoca), i primi supermercati e poi via col primo motorino, gli occhiali Ray-Ban e, per chi era più fortunato, i Levi’s e le Lacoste (gli altri si accontentavano dei Roy Rogers). 

 

Questo per non parlare della musica, dai Beatles ai Rolling Stones, e poi vai col rock duro, tutto in una lingua che tanto non capivamo malgrado le due ore a settimana che la studiavamo a scuola (“How To Be Top in English”, il mio testo scolastico che ancora mi perseguita), per cui alla fine ci buttavamo sulla Premiata, il Banco e noi, veneti nel sangue, sulle padovane Orme. 

 

I fratelli più grandi giravano l’Europa in autostop o in Lambretta, perché allora si poteva, non vivevi prigioniero di paure e rinchiuso dentro i muri mentali. Era un mondo piccolo e grande allo stesso tempo, dove incontravi i soldati neri della Ederle in giro per il centro, e li guardavi con gli occhi sgranati tanto non eri abituato a quelle novità. Era il momento apicale di un sogno (un sogno ben lontano dalla realtà ovviamente) che l’Uomo avrebbe potuto tutto, nessun problema poteva resistergli. Anche le alluvioni del 66’ erano già un ricordo, perché grazie alla solidarietà di tanti le cose si erano sistemate, così come sarebbe successo dopo il terremoto del Friuli, con i friulani che si tirarono su le maniche e mostrarono di che pasta erano fatti.

 

Luglio 1969 fu l’apogeo del sogno: Armstrong sulla Luna era come esserci tutti. Da quel giorno, quando la guardavamo di sera, chi di noi non si è detto: potrei arrivarci anch’io?

 

C’erano le lucciole vicino agli acquitrini d’estate, e l’Italia del calcio letteralmente impazziva per quel 4-3 alla Germania.

 

I segni che qualcosa non andava in quel sogno non li vedevamo, perché eravamo piccoli o perché nessuno dei più grandi ce li faceva notare. Le tensioni in fabbrica, le bombe fasciste, le guerre in corso in tantissimi paesi, il divario crescente fra noi ricco nord e il sud abbandonato. La mafia non era roba nostra, da noi si lavorava e si facevano i “schei”, da spendere in tutte quelle novità che non finivano mai.

 

Nemmeno le crisi del 73 e del 79 riuscirono a piegare il nostro ottimismo che, anche se su sponde politiche diverse e magari opposte, aveva comunque una base comune di credere nell’avvenire.

 

Oggi, le magnifiche sorti sono diventate regressive. Aver abbandonato troppo presto i libri ha intorbidito la nostra capacità di leggere il mondo nel quale viviamo. Ne abbiamo approfittato finché tutto sembrava andar bene, abbiamo trasmesso questa positività ai nostri figli e figlie, pensando che comunque andassero le cose, in domani sarebbe stato migliore, anche grazie al mio impegno nel mio piccolo.

 

Ed è così che non abbiamo visto come la società in cui noi viviamo, senza andare troppo fuori dai nostri confini mentali, è diventata una società medievale, fatta di tanti signorotti che impongono la loro legge non più su spazi territoriali definiti, ma attraverso spazi mentali e desideri e bisogni quotidiani.

 

Non abbiamo voluto sapere cosa stessero imponendo ai piccoli produttori (oltreché ai piccoli commercianti) le catene sempre più mastodontiche di super e iper-mercati. Per chi capisce il francese rimando a questo reportage della televisione franco-tedesca Arte: https://www.youtube.com/watch?v=KcIyzkTZjnY, dove ti spiegano con molti dettagli la rete di pressioni mafiose messe assieme non solo dai supermercati singoli, ma dalla loro Grande Distribuzione Organizzata, sia a livello nazionale che, sopra, a livello europeo. Capisci perché oggi la gran parte delle famiglie mangia male, causando un aumento di malattie legate alla cattiva nutrizione. Pratiche illegali, che sono riuscite a piegare anche dei giganti come Nestlé, non certo un piccolo produttore di prodotti da supermercato. Una associazione a delinquere di nuovo stampo, con guanti bianchi e senza pistole, ma altrettanto malefica per noi cittadini. 

 

Interessante anche vedere le risposte diverse nei vari paesi: l’avanzata tecnologica porterà prima a far sparire i lavori meno specializzati (come cassiere) nei supermercati, e poi, sempre più su, farà sparire addirittura i produttori, così come stanno sperimentando i cinesi, con le loro aziende pilota tutte tecnologiche, che producono verdura e legumi idroponici, per cui totalmente biologici, e senza un solo contadino. 

 

Ma non è l’unica mafia di nuovo stampo. Restando sempre nel settore che conosco un po’ meglio, la questione della privatizzazione dell’acqua, la sua trasformazione in merce, come dettato dalla religione neoliberale che ci domina dagli anni 80, è un esempio lampante di come sia cambiato il mondo. La Commissione dell’Unione Europea che ha deciso di trasformarsi, assieme alla Banca Centrale Europea, e questo fin dalla fine dell’era Trichet e dell’avvento del salvatore della patria Mario Draghi, in maestra rigida e impositiva di come i paesi membri dell’UE devono gestire i propri beni comuni, a cominciare dall’acqua: privatizzandoli.

 

Da giovani studiavamo “principi di economia ed estimo” al primo anno di università, e lì ci recitavano il mantra che l’imprenditore privato siccome rischia di suo ha un premio che si chiama profitto. Quanto maggiore il rischio, quanto più alto sarà il profitto atteso. E tutto questo ci sembrava corretto.

 

Poi da grandi ci capita di imbatterci sulla questione dell’acqua e dei contratti capestro che le multinazionali impongono ai paesi, municipi e regioni, per occuparsi della gestione dell’acqua. Condizioni che spostano il rischio di impresa dal gestore (privato) al cliente (gli usuari e le loro rappresentazioni politiche, cioè sindaci e governi), assicurandosi profitti stellari a costi crescenti dell’acqua privata. Sempre per chi capisce il francese, vi invito a seguire quest’altro reportage:  https://www.youtube.com/watch?v=BKrhFsh4v6s. Un’altra mafia in marcia, che nemmeno il referendum per l’acqua pubblica in Italia è riuscito a scalfire.

 

Chi di noi era cattolico convinto, trovava nella Chiesa non solo fonte di consolazione, ma anche di speranza, che andava sempre nella stessa direzione di un futuro migliore, pensando non solo a noi stessi ma anche a chi stava peggio. Ecco quindi che affidare i propri figli al mondo religioso, per completare la loro educazione, sembrava una scelta normale per tante famiglie, non solo nel nostro mondo veneto, ma in tanti paesi di cultura cattolica. Anche lì non si è voluto vedere cosa succedeva dietro le quinte. Chi ne pagava il prezzo soffriva e denunciava, ma la questione non diventava mai un tema da prima pagina. Adesso siamo arrivati a contare in centinaia di migliaia i giovani che hanno sofferto di violenze sessuali da parte di quel mondo religioso a cui i loro genitori li affidavano. In Italia non si vuole parlarne ancora, ma è difficile pensare che quanto scoperto e testimoniato in paesi vicini come Francia e Germania non sia successo (e non succeda) anche da noi. E ancora una volta scopriamo che anche questa forma di violenza resta e resterà impunita. Perché questa è la realtà del medioevo attuale. 

 

Privatizzare la salute e l’educazione sono altre forme di ricreare quel mondo medievale che studiavamo nei libri di scuola, e dal quale pensavamo esserne usciti per sempre. Ma non è così, e noi che ci siamo cresciuti dentro, che non abbiamo capito in tempo cosa stava succedendo, dovremmo cercare di tirar fuori quel po’di energia che ci resta, per batterci, per capire che se vogliamo un mondo diverso, in cui si possa tornare a pensare al futuro come a qualcosa di bello e di positivo, bisogna lottare adesso, subito. Non solo contro rigurgiti fascisti di una volta, questo è necessario ma non sufficiente. Bisogna studiare e fare uno sforzo serio perché le sfide che abbiamo davanti sono molto complesse e non avranno risposte facili. 

 

Il mondo di ieri appartiene al passato. I nostri figli e nipoti non avranno una gioventù sognante come la nostra. Ma se vogliamo che non diventi un incubo, allo è tempo di muoversi.

 

martedì 5 ottobre 2021

2021 L47: Sara Lövestam - Chacun sa vérité


Pocket, 2018

" Si la police ne peut rien pour vous, n'hésitez pas à faire appel à moi. " Kouplan, détective sans-papiers. 

Depuis trois ans, Kouplan est en " situation irrégulière ". Sa demande d'asile a été rejetée par la Suède mais il ne peut rentrer dans son pays, l'Iran, sans risquer sa vie. Dans l'attente d'un avenir meilleur, il lui faut échapper à la vigilance quotidienne des autorités, tout en gagnant assez d'argent pour subvenir à ses besoins : ex-journaliste, il songe à poursuivre dans l'investigation. 

Un jour, il propose ses services sur Internet et une femme lui répond : sa fille de six ans a été enlevée. Cette enquête va le précipiter dans le Stockholm underground, ces recoins de la ville où les clandestins sont des proies faciles pour les criminels...

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Molto ma molto interessante, consigliatissimo, potrebbe essere nella Top dell'anno

giovedì 30 settembre 2021

2021 L46: Giulia Caminito - L'acqua del lago non è mai dolce

 

Bompiani, 2021

Odore di alghe limacciose e sabbia densa, odore di piume bagnate. È un antico cratere, ora pieno d’acqua: è il lago di Bracciano, dove approda, in fuga dall’indifferenza di Roma, la famiglia di Antonia, donna fiera fino alla testardaggine che da sola si occupa di un marito disabile e di quattro figli. Antonia è onestissima, Antonia non scende a compromessi, Antonia crede nel bene comune eppure vuole insegnare alla sua unica figlia femmina a contare solo sulla propria capacità di tenere alta la testa. E Gaia impara: a non lamentarsi, a salire ogni giorno su un regionale per andare a scuola, a leggere libri, a nascondere il telefonino in una scatola da scarpe, a tuffarsi nel lago anche se le correnti tirano verso il fondo. Sembra che questa ragazzina piena di lentiggini chini il capo: invece quando leva lo sguardo i suoi occhi hanno una luce nerissima. Ogni moto di ragionevolezza precipita dentro di lei come in quelle notti in cui corre a fari spenti nel buio in sella a un motorino. Alla banalità insapore della vita, a un torto subìto Gaia reagisce con violenza imprevedibile, con la determinazione di una divinità muta. Sono gli anni duemila, Gaia e i suoi amici crescono in un mondo dal quale le grandi battaglie politiche e civili sono lontane, vicino c’è solo il piccolo cabotaggio degli oggetti posseduti o negati, dei primi sms, le acque immobili di un’esistenza priva di orizzonti. Giulia Caminito dà vita a un romanzo ancorato nella realtà e insieme percorso da un’inquietudine radicale, che fa di una scrittura essenziale e misurata, spigolosa e poetica l’ultimo baluardo contro i fantasmi che incombono. Il lago è uno specchio magico: sul fondo, insieme al presepe sommerso, vediamo la giovinezza, la sua ostinata sfida all’infelicità.

domenica 26 settembre 2021

2021 L45: Jérome Loubry - De soleil et de sang



Le livre de poche, 2020

Dans ce quartier chic de Port-au-Prince s’élèvent de belles demeures de pierre entourées de palmiers, de flamboyants et d’arbres orchidées. C’est là que, pour la deuxième fois en une semaine, un couple est retrouvé assassiné dans sa chambre. Deux corps mutilés gisant au pied du lit conjugal. La presse titre déjà sur une série de "crimes vaudous".
Pourtant l’inspecteur Simon Bélage refuse de tomber dans la superstition. Sur cette île, la corruption et le trafic d’enfants font plus de ravages que le terrible Baron Samedi, le dieu des morts. Simon sait avec certitude que ces crimes sont l’oeuvre d’un être de chair et de sang. Et tous les indices convergent vers un orphelinat fermé depuis près de vingt ans, surnommé la "Tombe joyeuse".
Mais Simon devrait prendre garde. En Haïti, ignorer les avertissements des esprits, qu’ils soient vrais ou faux, peut se révéler dangereux…

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Un autore proposto dalla libreria di fronte casa (Les guetteurs du vent): molto apprezzato. Sarà nella Top dell'anno!

2021 L44: Stefania Auci - L'inverno dei leoni



Editrice Nord, 2021

Hanno vinto, i Florio, i Leoni di Sicilia. Lontani sono i tempi della misera putìa al centro di Palermo, dei sacchi di spezie, di Paolo e di Ignazio, arrivati lì per sfuggire alla miseria, ricchi solo di determinazione. Adesso hanno palazzi e fabbriche, navi e tonnare, sete e gioielli. Adesso tutta la città li ammira, li onora e li teme.
E il giovane Ignazio non teme nessuno. Il destino di Casa Florio è stato il suo destino fin dalla nascita, gli scorre nelle vene, lo spinge ad andare oltre la Sicilia, verso Roma e gli intrighi della politica, verso l'Europa e le sue corti, verso il dominio navale del Mediterraneo, verso l'acquisto dell'intero arcipelago delle Egadi. È un impero sfolgorante, quello di Ignazio, che però ha un cuore di ghiaccio. Perché per la gloria di Casa Florio lui ha dovuto rinunciare all'amore che avrebbe rovesciato il suo destino. E l'ombra di quell'amore non lo lascia mai, fino all'ultimo…
Ha paura, invece, suo figlio Ignazziddu, che a poco più di vent'anni riceve in eredità tutto ciò suo padre ha costruito. Ha paura perché lui non vuole essere schiavo di un nome, sacrificare se stesso sull'altare della famiglia. Eppure ci prova, affrontando un mondo che cambia troppo rapidamente, agitato da forze nuove, violente e incontrollabili. Ci prova, ma capisce che non basta avere il sangue dei Florio per imporsi. Ci vuole qualcos'altro, qualcosa che avevano suo nonno e suo padre e che a lui manca. Ma dove, cosa, ha sbagliato?
Vincono tutto e poi perdono tutto, i Florio. Eppure questa non è che una parte della loro incredibile storia. Perché questo padre e questo figlio, così diversi, così lontani, hanno accanto due donne anche loro molto diverse, eppure entrambe straordinarie: Giovanna, la moglie di Ignazio, dura e fragile come cristallo, piena di passione ma affamata d'amore, e Franca, la moglie di Ignazziddu, la donna più bella d'Europa, la cui esistenza dorata va in frantumi sotto i colpi di un destino crudele.
Sono loro, sono queste due donne, a compiere la vera parabola – esaltante e terribile, gloriosa e tragica – di una famiglia che, per un lungo istante, ha illuminato il mondo. E a farci capire perché, dopo tanti anni, i Florio continuano a vivere, a far battere il cuore di un'isola e di una città. Unici e indimenticabili.

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Altrettanto bello del primo, nessun dubbio che saranno entrambi nella Top dell'anno.