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sabato 10 febbraio 2018

Fortín Mapuche, de Villarica camino a Coñaripe



Este es otro programa apoyado por el Indap para rescatar la cultura y la historia mapuche. Fuimos allí de sorpresa, sin anunciar visita de manera quee la responsable, Angelica, no pudiese armar algo semi-oficial.





Angelica es una joven mapuche de 24 años, muy metida con el programa de apoyo a los jóvenes rurales de Indap. Nos contò la historia de este fortín, a unos 200 metros del lago, que servia como primera linea de defensa contra los invasores españoles. Otro fuerte mas arriba en el cerro, donde estaban las tierras de los mapuches, servia para alertar de lejos de la llegada de los enemigos. Con señales de humo o con una herramienta como la que se ve en la foto abajo (pero mas larga, la de la foto mide 1,5 mas y la real media unos 6 metros): silbaba como un pájaro silvestre así los españoles no se daban cuenta. El fortín era constituido de dos lineas escaladas en la tierra, de unos 10 metros de hunden, donde le metían palos de punta para que, una vez que los soldados caían adentro, fuesen muertos al tiro. Allí llenaban con tierra y ponían otro nivel de puntas. Los soldados que lograban escapar eran rodeados por guerreros mapuches que usaban también unas culebras rojas que habían sido domesticada, para enviársela en contra de ellos.






Los mapuches eran un pueblo duro, de base machista, donde se compraban las mujeres para hacer hijos y tener mano de obra. Habían clases sociales, ricos y pobres, y tenían sus “machi” para relacionarse con su cosmovision y resolver problemas mas básicos como la salud de cada uno.

Angelica, de su verdadero nombre mapuche “Cincolef” (pájaro rapido) nos contò estas historias con una pasión muy rara. Es evidente como se siente parte de su historia, de su pueblo y expresa una energia impresionante hacia afuera. No quiere tener muchos visitantes para no volverse un guía turistica cualquiera que va dandole vuelta cada 15 minutos a un nuevo grupo. Quiere tomarse el tiempo para explicar lo que fue lavada mapuche, el porque las heridas pasadas siguen allí, doliendo, en particular el robo de sus tierras.  

Los visitantes reservan antes, y pueden comer platos tradicionales al estilo kilometro cero como diríamos en Italia, o sea con productos de su chacra, cocinados por su mamá (miren las empanadas fritas que estaba preparando).









Le gustan las flores, las calles amarillas, hortensias, liliim y mucho más.  Tiene también de esas gallinas particulares (no me recuerdo el nombre) ue producen huevos azules. Debido a que andan libres no fue posible pillarlas. 


Que más decir: para construir una verdadera “ruca” mapuche tuvo que tomar un préstamo arto, que ella espera pagar en uno 5 años. Trajo a obreros de la costa para construir algo que le va a durar para mucho tiempo. Historia, cultura, pasión y resultados económicos, todo estos se juntan para darle ánimos a otros jóvenes que vayan redescubriendo sus raíces. 

PS.La mamà de Angelica hace la masa para las empanadas frita con harina, manteca y agua caliente. Las emanadas de horno van con harina, manteca, agua fría y "lievito" (polvo para hornear). Alguien puede confirmar?

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